El Síndrome Pipila.

Mantener el invicto: Una pesada losa.

Por: Juan Carlos Igartua Tolosa

La ultima derrota que ha sufrido el Necaxa, sucedió justamente en la jornada 15 del Torneo Apertura 2009, cuando cayo 3 goles por 0 con los Xoloitzcuintles de Tijuana. Despues de este partido y hasta la jornada 11 del Torneo Bicentenario 2010 en que el Necaxa saco el empate del Estadio Carlos Iturralde en donde enfrento a los Venados de Yucatán ha hilvanado la nada despreciable cantidad de 18 partidos sin conocer la derrota.

Por otra parte, después de derrotar a los Esmeraldas de León en el mismísimo Nou Camp de León por 3 goles a 1, a ligado cuatro empates a cero goles, dos de ellos en casa ante los Reboceros de La Piedad y los Albinegros de Orizaba y otros dos en calidad de visitantes ante Correcaminos de Ciudad Victoria y Venados de Mérida y vaya contrasentido: por un lado acumulamos 397 minutos sin recibir gol desde el que anoto Carlos Casartelli de León al minuto 53, y por otro 390 sin anotar, desde el que Nelson Sebastián Maz le hizo al León al minuto 60.

Si aderezamos estos datos con las bajas que ha tenido Necaxa en su medio campo por lesiones, los casos de Marco Reyna y Juan Carlos El More Mosqueda, y de Everaldo Barbosa por una Apendicitis, pues le podemos ir encontrando la cuadratura al circulo, tenemos buenos goleadores en las figuras de Maz, Romero y El Niño Castillo, sin embargo no hay surtidor de balones en este momento.

Pero, la verdadera razón, de esta baja de juego del equipo esta ubicada en la infinita presión que representa “el no perder” para mantener un invicto de tantas fechas; los jugadores inconscientemente están mas preocupados por no perder, que en buscar como ganar y si como dije antes le sumamos las bajas de los que deben generar fútbol en beneficio de los goleadores, pues llegamos a la conclusión que los jugadores se vuelven una moderna versión de El Pipila, con la diferencia que estos no pueden soportar el peso de cargar la losa que representa el invicto.

Aquí como en el toreo, que para sacarle la casta y la fiereza al toro, en el primer tercio de la lidia lo pican y en el segundo lo repican con las banderillas, valdría la pena considerar la conveniencia de que llegue una derrota y que vuelva la casta que ya conocemos a seguir sacando resultados con pinzas, que de todas maneras mas tarde o mas temprano la derrota llegara.

Yo digo, que venga ahora para que cuando lleguemos a la liguilla, estemos liberados de presión y con el objetivo tatuado en la frente y el pecho: Ascender.

Piensenlo sin pasión y veran que es la pura verdad y sigan con PASIÓN Rojiblanca, La Casa del Fútbol