En la historia del futbol mexicano han arribado un sinfín de jugadores del extranjero, quienes llegan con la misión de hacer la diferencia; la gran mayoría no trasciende, pero algunos otros van más allá y se vuelven legendarios
La mayoría pasa sin pena ni gloria; otros se emplean a fondo y dejan huella, pero sólo unos pocos jugadores foráneos logran volverse auténticas figuras en sus equipos y en el futbol nacional.
Quién no recuerda a un brasileño a quien apodaban Cabinho, quien rompió redes y marcas en México; o aquel arquero argentino que volaba como Gato azul, pero se volvió Supermán, un “hombre de acero” sin capa, pero sí con su traje rayado; también a un chileno que tanto se enamoró de su equipo, que impregnó en su pecho los colores teñidos en azulcrema, o aquel ecuatoriano que de la nada levantó a un club para volverlo grande, y qué decir del paraguayo que hizo pacto con el Diablo para mandar al infierno a sus rivales.
Son cinco grandes extranjeros que hicieron valer por mucho su llegada al futbol mexicano; cinco sudamericanos, de Brasil, Argentina, Ecuador, Paraguay y Chile, que dieron muestras de que no hay nada más hermoso que entregarse a su profesión y volverse leyenda fuera de sus fronteras.
Han llegado muchos jugadores foráneos, pero pocos se acercan a lo que nos dieron estas cinco grandes figuras.
- Evanivaldo Castro Silva "Cabinho"
- José Miguel Marín Acotto
- José Saturnino Cardozo Otazú
- Alex Darío Aguinaga Garzón
- Carlos Enzo Reinoso Valdenegro
Alex Darío Aguinaga Garzón
Llegó a México muy joven, con la misión de sacar al Necaxa del oscurantismo en que se encontraba. Le costó muchos años, pero al final, Alex Aguinaga se volvió el alma de aquellos años electrizantes del Necaxa, que en los 90 del siglo XX se llevaron la Liga de pies a cabeza. Otros equipos importantes de México lo buscaron, pero él fue fiel a los Rayos.
Dentro de las anécdotas está el que estuvo a un paso de no llegar a Necaxa, sino irse al Milán. En 1989 disputó la Copa América en Brasil y fue la revelación. Fabio Capello, hoy técnico de Inglaterra y en ese entonces asistente del AC Milán, quería llevárselo al “Calcio”, pero Alex ya había sido vendido al Necaxa por sólo 280 mil dólares. Capello dijo: “Qué pena que el mejor jugador de Ecuador se vaya a México; el Milán pagaría hasta 3 millones de dólares por él”.
Fuente: El Universal
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