Análisis Rojiblanco | Que hubiera pasado si...

Por PacoRayo.

En estos días he andado un tanto meditabundo por supuesto con el tema dominó todas las noticias y portadas de los periódicos deportivos al menos de México y Argentina: la final de la Copa Libertadores entre los Tigres y el River Plate.

El punto es que si un Club lograra un triunfo a nivel internacional, con ello va el prestigio del futbol en ese país, caso actual de los regios, o como lo fue en su momento el Cruz Azul, Guadalajara, Pachuca, etc., y por supuesto nuestro glorioso Necaxa con ese fenomenal tercer lugar en el Mundial de Clubes, que se consiguió faltándole el respeto a los máximos exponentes del futbol mundial, y con lo que significó por supuesto, colocar el nombre de México en el mundo futbolístico a nivel internacional, siendo apoyado inclusive, por aficionados de otros equipos.

Tal vez como aficionados a un equipo tan ajeno como lo es el cuadro Felino no nos entusiasmó tanto ese duelo por la Libertadores, en lo particular, deseaba que los universitarios lograran el título, no tanto por su afición que es de las mejores del país, demostrándolo en la derrota, donde con madurez han reconocido al equipo rival y ovacionado a los suyos a los que apoyan incondicionalmente, caso contrario de nuestra afición de contentillo que como acertadamente señala Taker, ya que por una derrota estamos quemando las naves o llorando como magdalenas.

Recordemos que en el Clausura 2009 estuvimos íntimamente involucrados con los hoy subcampeones de la Copa de Clubes más importante del continente y que terminamos perdiendo la categoría ante los mencionados en la última fecha, que de haber sacado un triunfo sobre el aquel entonces 'hermano mayor', solo había que esperar que Tigres perdiera o empatara su encuentro contra Morelia, sucediendo lo segundo y gracias al manejo mediocre de aquella directiva, nos llevaron a lo que significaba la perdida de la categoría de nuestro equipo grande y rico en historia. Sé que el hubiera no existe pero, si Necaxa mágicamente hubiera ganado en el Coloso de Santa Úrsula aquella noche, hubiera significado el descenso de Tigres y un año más de Necaxa en primera división.

Ya especulando sobre esa fantasia a nivel telenovela de las ocho, me surgen muchas incógnitas como por ejemplo ¿Nuestra directiva hubiera reaccionado y habría actuado con mayor seriedad? ¿Nos hubiera ido de la misma manera que al conjunto felino desde ese insidente a la fecha? ¿Habriamos conquistado la cuarta o quinta estrella en nuestro escudo? O tal vez ¿Seriamos nosotros quienes disputaríamos un título tan importante a nivel internacional?

Sabemos que desde entonces, ese golpe de vergüenza hizo reaccionar el aparato a nivel directiva, jugadores y cuerpo técnico de los felinos, los cuales se han olvidado del descenso por completo y constantemente han rozado las mieles de la gloria, incluso siendo ya campeones de la mano del polémico 'Tuca' Ferreti y perdiendo una final contra los pollos hepátiticos, además de logros a nivel internacional ajenos e inimaginables en ese 2009, donde el infierno hubiera emergido desde el mismísimo Volcán Universitario, de haber sido los Rayos quienes se hubieran salvado.

La verdad son interrogantes que quedarán en opinión de cada uno de nosotros como aficionados al futbol, pero si algo se puede rescatar de la vergüenza del descenso, es que gracias a que el equipo descendió nos pudimos deshacer de un dueño que siempre nos mantuvo en segundo plano, nunca fuimos prioridad y creo al menos en lo personal y hasta el momento, el cambio de dueño vino a bien, porque somos la prioridad de esta nueva directiva, que la verdad me consta que ha hecho grandes esfuerzos por regresar a nuestro equipo al lugar que merece desde el principio.

Pero como el hubiera no existe, tendremos que afrontar que disputamos el ascenso y como el borracho que no se ha dado cuenta de su condición, aceptar que es nuestra realidad y confió junto con todos mis hermanos necaxistas, que muy pronto éstos Rayos apagados y con escaso voltaje, emergerán con tal potencia que traerán consigo logros parecidos o mejores a las glorias añejas.