Columnas | El Necaxa no se mancha

Por Maximiliano Barraza.

@_maxbarraza

Claro que se mancha, dirán ustedes. Quienes me conocen, tal vez dirán, “Con razón, ahí va Max a defender a su Necaxa, que casualidad”. Parafraseando al polémico Diego Armando Maradona, cuando en el césped de La Bombonera de Boca, el argentino dijo a todo el mundo una de sus frases más icónicas, la de “La Pelota No Se Mancha”, así nombro a este texto, cuando por supuesto, saldré a la defensa de mi equipo, de mis colores, de mí amado Necaxa.

Y por supuesto que lo hago, si no es su gente, ¿Quién lo hará? ¿Los directivos? , ellos solo buscan la diplomacia, actuar con mesura y no perjudicar sus nombres como DIRECTIVA, institución y empresa, no como identidad e historia.

¿Los jugadores?, a ellos les toca hablar en la cancha. Se mantienen al margen de cualquier declaración, además que deben estar concentrados para continuar con el sueño llamado ascenso. Tampoco dudo que más de uno, la esté pasando mal, y realmente sintió un golpe con todo este tema. Repito, ¿si la gente de Necaxa no defiende a su equipo, entonces quién?

Toda esta nube de polémica, tras los lamentables hechos de violencia donde el uruguayo Luis Gorocito y Alejandro Molina, fueron enviados al penal de Aguascalientes por el delito de lesiones dolosas calificadas con alevosía contra Luis Rodolfo Mariscal López, tras una riña a las fueras de un bar de aquella ciudad, perjudica terriblemente a Necaxa, institución añeja y con una rica historia en el futbol mexicano.

Los hechos violentos no son Necaxa. Gorocito y Molina, no son el rojo y el blanco. Los golpes a aquel ciudadano, no son los disparos a gol de Aguinaga y compañía. Las lesiones en el cuerpo del afectado, no son las estrellas grabadas en nuestro escudo, sinónimo de los pocos, pero gloriosos títulos de los rojiblancos.

“Nunca nos pelan, y ahora hasta la burla y vergüenza de muchos nos hemos convertido”, seguramente pensará más de un necaxista. Pero la madera del pueblo rojiblanco, está hecha de orgullo, fuerza y coraje. Hemos soportado burlas, descensos, malos resultados, cambios de sede, desmantelamientos, y los más viejos sufrieron la desaparición por un gran lapso.

Necaxa y el necaxismo no se deben manchar por esta lamentable situación por las que atravesamos (si, atravesamos, pues nosotros somos Necaxa). Los jugadores están fuera del club y recibirán su castigo, de eso se encargarán las leyes, eso queremos pensar.

Recuerdo cuando al club se le llamaba el equipo de los niños. Recuerdo a un Alex Aguinaga, quien jamás estuvo envuelto en una polémica y era un caballero dentro de la cancha. Los años de gloria, caíamos bien a los demás aficionados, todo eso ya se fue, pero cada día se comienza a escribir una nueva historia. Necaxistas, cambiemos el chip, despejémonos de estos nubarrones, pensemos en el amor a nuestro equipo, a nuestro Necaxa, que por supuesto, no se mancha. ¡Fuerza Rayos!