Desde el Palco de Mürdok | Todos tranquilos

Por Mürdok Heras.

@MurdokHeras

Qué tal, hermandad. Antes que nada, una disculpa por la ausencia. Saben que esto sale cuando se puede y apenas hasta ahora se pudo. Vamos, que de ganas no me ausentaba, la verdad es que el triunfo ante Santos de hace un par de semanas daba para mucho qué decir y platicar con ustedes. Pero bueno, tras la fecha FIFA, afortunadamente parece ser que seguimos tranquilos.

Sobre todo, porque ahora que se enfrentó al Veracruz, algunos esperaban que Necaxa, con la inercia de lo sucedido en Torreón, pudiera verse avasallador. En lo personal, no lo veía así. Si bien tampoco creía que se pudiera perder ese partido, ¡luego los rayos nos salen con cada sorpresa! Mi peor escenario era el 0-0. Afortunadamente no fue así.

Decía, tranquilo porque, a pesar de que el juego me pareció lamentable, se ganó en casa de nuevo. Y, aunque se ganó en casa, Memo Vázquez dice: "No dimos un buen partido", lo cual me parece cierto y sensato. Tres puntos que ayudan y con un marcador que, aunque engañoso, pareciera justo. Engañoso porque no se aniquiló al rival. se jugó como sin ganas, pero con lo suficiente para merecer el triunfo. Justo, porque Brian pudo marcar de nuevo y porque lo hizo por primera vez un Oso González que ya tiene rato mereciendo la alegría del gol.

En la tribuna y ya luego en la conferencia de prensa, los compas reporteros traíamos la discusión de si ese gol de Rubén, se lo había 'comido' el "Vengador" Jurado o si le taparon y reaccionó hasta que vio la pelota. Incluso nos agarró el profe Siboldi en plena discusión y me llamó la atención lo que comentó. Sergio Chávez (reportero de TDN y a quien también pueden escuchar en Necaxa Radio) discutía en voz alta defendiendo al joven portero tiburón, Robert Dante lo alcanzó a escuchar mientras bajaba la escalinata y le preguntó:

- ¿Por qué se enoja? Si yo soy el que debería estar enojado, usted no.

- No, aquí defendiendo al portero Jurado. 'Checo' ya le explicó.

- Ah bueno, entonces está bien, estoy de acuerdo. Terminó el DT de los jarochos.

Ya no sé cómo reaccionaría yo ante la situación del Veracruz. Pero la tranquilidad que proyecta Siboldi me sorprendió. Hasta para bromear le alcanza.

Volviendo al partido; poco qué resaltar. Quizás lo más emocionante que se me antoja platicarles fue algo que sucedió en el medio tiempo. En la transmisión de T.V. no se alcanza a ver todo el detalle de lo que sucede en el Estadio, lo sabemos y de hecho, era parte del motivo que originalmente me invitó a escribir en este espacio.

La entrada parecía malona al acercarse la hora del partido. La promoción del Club para las féminas necaxistas tuvo bastante eco y sí se vio una mayor presencia de mujeres a lo habitual. Eso estuvo chido, la verdad. Ojalá nos sirva para generar conciencia de lo que está pasando en general. Pero bueno, no es a eso a lo que me refería.

Resulta que durante el descanso, es habitual que los equipos saquen a sus elementos de banca a hacer ciertos calentamientos para estar a punto para la segunda mitad; para no entrar fríos, como le llaman en el argot. En esta ocasión, los relevos veracruzanos se ubicaron pegados al banderín de corner más cercano a la banca, por donde está el túnel de la ambulancia y el acceso a cancha, para quien conozca el estadio.

Todo normal, hacían un ejercicio de interescuadras, toque en espacio reducido. O sea, se dividen en dos bandos y empiezan a pasar el balón, si pierden la pelota, les toca defender y el portero es comodín y siempre está del lado que pasa la pelota. ¿Lo ubican?

Bueno, pues en un momento de frustración, un elemento del tibu se desesperó, tomó un balón y lo pateó hacia el graderío.

La gente recriminó y Diego Chávez, el frustrado en cuestión, solo levantaba el brazo pidiendo disculpas. No me queda claro si el balonazo impactó sobre alguien o no. Lo cierto es que ese sector del estadio no se lo perdonó. Siguieron en el ejercicio y cada vez que Chávez tocaba la pelota, le pitaban los chiflidos fuerte y bien marcado.

Se sintió presionado y ya sus mismos compañeros ni le pasaban la pelota. Tres, cuatro veces la tocó y cinco le abuchearon. Se acabó el tiempo y se terminaba la práctica; pero en la última pelota, el mediocampista jarocho se tiró una barrida fuerte contra su compañero para tratar de taparle el último balón; lo tumbó y la gente volvió a reclamar como si hubiera sido una falta en el área contra los rayos.

Diego Chávez se rió, junto con su compañero. Lo tomaron con humor y la gente terminó aplaudiendo el show. Todavía cuando el jugador jarocho de 23 años entró al terreno de juego al '68 en sustitución de Adrián Luna, medio le persiguió el abucheo, aunque ya no fue tan airado como en el entretiempo.

Anécdota que seguramente este muchacho recordará y que me deja en claro que la afición en Aguascalientes es noble y todo quedó en eso. Al final, todos tranquilos y disfrutando una noche de fútbol que regaló dos goles a la gente, que ya extrañaba ver a los rayos ganar en su casa.

Ya huele a Feria, huele a liguilla, ambas se ansían en tierras hidrocálidas.